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04 Jul | 2019

Los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer tienen impacto en la estructura cerebral y la cognición de personas cognitivamente sanas de mediana edad

La neuropsicóloga e investigadora del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), Anna Brugulat, defendió el pasado viernes 21 de junio su tesis doctoral Impact of Alzheimer’s Disease Risk Factors on White Matter Hyperintensities and Cognition in Cognitively Unimpaired Individuals. Su tesis estudia el impacto de los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer en las hiperintensidades de la sustancia blanca y en la cognición en personas cognitivamente sanas, y se ha servido de los datos de la cohorte del Estudio Alfa. 

La tesis es un hito importante para el BBRC, ya que es la primera que se desarrolla en el seno de su programa de investigación del Alzheimer. “Será la primera de muchas”, señala Brugulat. Los directores han sido los investigadores del BBRC Juan Domingo Gispert y José Luis Molinuevo, y la neuropsicóloga de la Fundación Pasqual Maragall Nina Gramunt

 

Anna Brugulat junto con sus directores de tesis, Juan Domingo Gispert, Nina Gramunt y José Luis Molinuevo

 

Las hiperintensidades de la sustancia blanca son uno de los hallazgos más frecuentes en resonancia magnética y su prevalencia se incrementa con la edad. Aunque a menudo no causan ningún síntoma, se ha observado que impactan de manera negativa en múltiples dominios cognitivos y están consideradas un factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer. “El objetivo principal de mi tesis era estudiar el impacto de los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer en las hiperintensidades de la sustancia blanca en una población cognitivamente sana de mediana edad”, explica Brugulat, que apunta que en la investigación también se han explorado “posibles mecanismos a través de los cuales estas lesiones tienen un impacto sobre la cognición”. 

Los resultados “aportan conocimiento sobre el impacto de los factores de riesgo en la resiliencia y/o vulnerabilidad del cerebro en la enfermedad de Alzheimer”, y ponen de manifiesto que, pese a tener una baja prevalencia, estos factores de riesgo tienen un impacto significativo en la estructura cerebral y la cognición de personas cognitivamente sanas. Así pues, los resultados apoyan la necesidad de controlar los factores de riesgo modificables en la mediana edad en aquellas personas con más riesgo de desarrollar hiperintensidades de sustancia blanca, para así prevenir o retrasar el inicio del deterioro cognitivo.